La noche del 28 de diciembre, dia de los inocentes, por la noche, a través de las redes sociales, tuve un cordial encuentro con mi amigo Acosta Naranjo, al que le prometí que ya no volvería a escribir sobre él. Así que desde ahora les digo a mis escasos lectores que ya no seguiré desnudando políticamente a Acosta Naranjo y no porque haya “negociado” con él algunas cosas o porque me haya dado algún “chayote”. Para nada. Simplemente decidí no hablar más de él, y aunque sus posturas políticas dan mucho de qué hablar, ofrecen mucha tentación para escribir y yo tengo poca resistencia para evitar reírme de los políticos, ya no me referiré a mi amigo. Espero que esto sea permanente, pero si no aguanto se los haré saber previamente. Me puedo infartar ante tanta resistencia.
Sin embargo, a mis escasos lectores les quiero decir que esa postura, de no hablar más de Acosta Naranjo, no modifica para nada mi irrestricto apoyo a Martha Elena. Que les quede bien claro, estoy plenamente convencido de que solamente con Martha Elena es posible el triunfo, sólo con Martha Elena y con la unidad de todas las fuerzas políticas es posible el triunfo y sacar de palacio de gobierno al PRI. Unidad y candidato que unifique son las dos condiciones que se requieren para expulsar de palacio al PRI. NO HAY DE OTRA. Y esas condiciones sólo las cumple Martha Elena. Nadie más. Esto se lo he dicho a mi amigo Acosta Naranjo siempre, y en esta última plática también se lo hice saber, es más, le dije que hasta una apuesta hice en el sentido de que él no será gobernador de los Nayaritas. Así que no por haberle dicho a Acosta Naranjo que ya no hablaría de él voy a modificar mi postura política de apoyo a Martha Elena.
Y esa postura no es fanatismo ni nada por el estilo. Tengo plena conciencia de que Martha Elena es la que puede conseguir el apoyo de amplios sectores de la población Nayarita, incluyendo los priistas. Conozco la realidad política de Nayarit, conozco y he interactuado con muchos líderes sociales y políticos de las diversas corrientes políticas y expresiones sociales, líderes de colonias, campesinos, universitarios, y por eso sé perfectamente que sólo con Martha es posible el triunfo, nadie más en la oposición se puede convertir en factor de unidad de la población más que Martha Elena. Por ese conocimiento de la realidad es porque afirmo que Martha es la opción de la oposición.
Sin embargo, si por intereses nacionales le cierran el paso a Martha Elena e imponen a cualquier otro candidato, y Martha Elena no tiene ningún partido por cuál participar a pesar de que Convergencia ya le haya dicho que es su candidata, entonces, en ése remoto escenario, este escribano de la trinchera queda en libertad para asumir una nueva postura política, ya que Martha Elena no estaría en la contienda. Pero ése es un caso muy remoto con una alta probabilidad igual a cero, o sea no existe. Si existiera otro escenario en el que Martha vaya por un solo partido, aunque sea un suicidio político, yo estaría del lado de la señora y la apoyaría hasta salir a la orilla. Soy un hombre de convicciones firmes. Y esto lo haría simplemente porque sé que Martha Elena estará cumpliendo su responsabilidad histórica, esa responsabilidad que consiste en ofrecerse como una buena opción ciudadana que representa la esperanza del pueblo, porque ella responderá a los intereses del pueblo y no a las camarillas de los partidos que imponen candidatos para preservar sus privilegios, espacios de poder y canonjías.
Si todos pensáramos así, no importaría por cuál partido contienda la señora, porque de lo que se trataría es de usar a los partidos como lo que son, instrumentos de expresión de la voluntad popular para arribar al poder e iniciar las transformaciones económicas, sociales y políticas de Nayarit. Pero también lo más importante es la convicción de la señora Martha. He platicado personalmente con ella y me ha mostrado su indeclinable decisión de ir por la gubernatura del estado. Me ha dicho que a ella lo que le interesa es que sea el pueblo a través de las urnas quien le diga que puede o nó ser gobernadora, pero que no le digan las camarillas de los partidos si ella puede ser o no. Por eso mismo está decidida a someterse al escrutinio popular a través de las urnas, por el partido que sea, así sea el de Chano Robles, el de convergencia o cualquier otro.
Sin embargo, está dispuesta a respetar el acuerdo inicial que se tuvo entre los tres, ahora solo dos, aspirantes. Que sea una encuesta la que determine quien va a encabezar la poderosa alianza de partidos. Si no hay mano negra en la elaboración y aplicación de las encuestas, si no hay “dados cargados” no hay ninguna duda de que Martha Elena es la que saldrá mejor posicionada, eso lo ha demostrado sin gastar tanto dinero en su promoción porque ella ya tiene conquistado el voto, ese voto que proviene de su trabajo altruista de toda la vida y no de la efervescencia que causa la expectativa electoral, tal como le hacen otros aspirantes, quienes han usado dinero público para su promoción política personal.
Entonces pues, con estas reflexiones les quiero decir a mis escasos cuatro lectores, que no se dejen influenciar por las malas lenguas viperinas, o por esos aspirantes que les dan y prometen dinero a cambio de su apoyo, que apoyemos a la señora Martha Elena para que esté al frente del gobierno los próximos seis años. No apoyemos candidatos perdedores, eso es tirar a la basura nuestra principal arma para transformar el estado en bien de nuestras familias: el voto. robertogbernal@gmail.com
PD. Hace escasamente quince días se hizo una encuesta y la diferencia porcentual entre Martha y su más cercano adversario era de más de 20 puntos porcentuales. Y eso ha sido toooooodo el año. www.cainay.blogspot.com Enero será de muchas sorpresas políticas, y habrá definiciones, muchas definiciones.