Ya andan desatados
los diferentes actores políticos que quieren suceder al gobernador Echevarría.
Son muchos. Navarro Quintero, Pavel Jarero, Gerardo Montenegro, quizá Cota
repita, Layín, Castellón Fonseca, Polito Domínguez, Ramoncito Cambero, Cora
Cecilia Pinedo y, por supuesto, Martha Elena García. Por supuesto, los
favoritos del gobernador son los de su familia, o sea mi “agradecido y leal”
amigo Polito Domínguez y la madre del gobernador, o sea Martha Elena y, de
entre ellos dos, por supuesto, la elegida es Martha Elena García.
No es nada descabellada esa idea. Sólo
recordemos como se ha hablado de la creación de la “Dinastía Echevarría” para que
nos gobierne por los siglos de los siglos. A Polito Domínguez seguramente le
van a buscar acomodo en una diputación federal sólo que, para poder lograr eso,
mi “agradecido y leal” amigo Polito Domínguez tiene que hacer mucho ruido político
desde ahora, utilizando a quienes ingenuamente aún le creen a este falso
redentor.
Martha Elena, sea como sea, tiene
mucho tiempo haciendo política. Donde sea que se para, tiene aceptación, sobre
todo entre las mujeres. El gran problema de Martha Elena es, en primer lugar,
su escasa preparación para ser gobernadora. Sin embargo, ya sabemos que tener
grados académicos no es sinónimo de buen gobierno. Nomás vean a Castellón
Fonseca, quien presume haber sido rector y tener doctorado y sin embargo ha
sido hasta ahora, el peor presidente municipal que hemos tenido los Tepicenses.
En segundo lugar, otro de los problemas que tendría que enfrentar Martha Elena,
es, presuntamente, la nula disposición de su exmarido Toño Echevarría Domínguez
para permitir que llegue a la gubernatura. Este será en realidad su gran problema.
La ventaja es que, si su hijo la apoya, eso quizá lo pueda remontar. Si Martha
Elena no es la candidata, seguramente que escogerán a Layín, sobre todo por los
vínculos que tiene el gobernador con el ex gobernador Sandoval y, recordemos,
Layín es del corral de Edgar Veytia y Roberto Sandoval. NO es en vano la
presencia de Layín en el cumpleaños de Águeda Galicia donde llegó con regalos y
la banda y abrazando a todo mundo. Castellón y Ramoncito Cambero están muertos
políticamente hablando, no son opción.
Si Martha Elena es la elegida tal
como parece ser, seguramente que la opción política por la que saldrá a la competencia
política es por una alianza PAN-PRD-MC como mínimo, quizá integren al PT. Así que,
del lado de MORENA, tendrán que buscar un candidato ideal para la competencia y
que le haga frente a ese proyecto político familiar. Puede ser otra mujer. Y no
es descabellada la idea de que la candidata sea Cora Cecilia Pinedo Alonso.
En MORENA seguramente habrá
candidatos varones. No es gratis que ya los Montenegro anden moviéndole la
colita a AMLO. Está Pavel también en la lista y Nayar Mayorquin, aunque en lo
personal creo que les hace falta un poco de “cocimiento político” para asumir
esa postura. Ya vimos que los jóvenes gobernando luego pierden piso.
En fin, las piezas del ajedrez político
apenas comienzan a moverse y a los ciudadanos ya no nos pueden engañar. De aquí
a entonces quizá salga un candidato ciudadano que no sería mal visto ante tanta
ficha quemada que representan esos aspirantes. Toda esa lista de especímenes
políticos ya ha estado en el poder y Nayarit sigue igual o peor. Siempre nos
han prometido las perlas de la virgen cada que hay elecciones y nosotros los
ciudadanos ahí estamos creyéndoles y dándoles el voto.
PD. Todas esas
especulaciones políticas originadas por el consejo de Madam Zasú y Walter
Mercado, son, desde luego, eso. Lo que, si quiero compartirles a mis lectores
en número de cuatro, es que vayan reflexionando en la posible situación de que
Nayarit sea convertido en un cacicazgo de la familia Echevarría Domínguez. Ya
con los que tenemos, como el de los Montenegro o el del “Pelón” Hernández
Escobedo en la Universidad es más que suficiente como para que Nayarit decida
su rumbo desde las alcobas o, mínimo, desde una reunión familiar, cuando lo que
se requiere es una mayor participación de los ciudadanos en la toma de decisiones
de la vida pública.