En
el marco del combate a la corrupción, el gobernador firmó un acuerdo que se
convirtió en la mayor exaltación del refrán mexicano: "El burro hablando
de orejas". Mas bien pareció un acto de lucimiento personal del gobernador
pero que pone en evidencia las incongruencias, contradicciones y absurdos que se viven en el
estado, especialmente cuando hay corrupción política.
Hablar del tema de corrupción no debe ser un tema de
moda. El tema es delicado y muy sensible pues con lo que paso el primero de
julio quedó muy claro el hartazgo de la sociedad por el alto grado de
putrefacción en que han sumido a las instituciones los políticos, gobernantes y
funcionarios corruptos. Una cosa es emprender una lucha frontal contra la
corrupción y otra muy diferentes es hacer circo alrededor del tema. No es posible organizar
un fastuoso y faraónico evento, poniendo como pretexto el combate a la
corrupción, pero colocando en el centro de los reflectores al gobernador del
estado, como si fuera la representación viva de la honestidad, integridad y
decencia encarnadas en un ser humano, tan solo para brindarle una tribuna a
modo desde la que pretende apropiarse del tema y de la causa, para blindarse y
proyectarse a nivel nacional como el paladín de la justicia. Nada más alejado
de la realidad que eso.
La corrupción significa la realización de actos y
conductas que se apartan de la Ley, que la violentan, y que representan jugosas
ganancias para quienes cometen dichos actos o practican tales conductas. La
corrupción es el robo descarado y cínico de los recursos públicos, o el uso
indebido de facultades o información privilegiada para obtener beneficios
económicos de contratos u obras de gobierno, o para imponer funcionarios a modo
en los demás poderes. Por eso, quien
pretenda encabezar cualquier esfuerzo o lucha contra la corrupción debe tener,
al menos, una calidad moral bien respaldada en su propia conducta intachable,
así como capacidades adecuadas que garanticen buenos resultados.
Una de las afirmaciones de lucimiento personal del
gobernador Echevarría fueron las siguientes: “Hay cómplices del corrupto pasado reciente que hoy pretenden
pasar por honestos y transparentes: el pueblo, sabio los conoce bien, los
corruptos lo serán siempre…..a quienes lo endeudaron, a quienes lo saquearon.
No lo olvidemos, recordémoslo todos los días, los corruptos merecen ser exhibidos
públicamente y castigados legalmente".
¿Con qué cara el gobernador se poner a hacer tales afirmaciones?
Por eso cabe bien ese refrán: “El burro hablando de orejas”. Alguien le debe
decir al gobernador que “para tener la lengua larga hay que tener la cola corta”.
Y no creo que sea conveniente recordarle los NEGOCIOS QUE HIZO AL AMPARO DEL
PODER cuando su padre fue gobernador, pero si se llega a ser necesario lo haré.
Pero para no hablar de ese pasado hay que referirnos a lo que dijo y las incongruencias
que ello pone en evidencia.
Cuando se refiere a los del corrupto pasado reciente
señala, desde luego, a Roberto Sandoval y toda la pléyade de funcionarios y políticos
Sandovalistas que hicieron su agosto practicando la corrupción. ¿Y por qué no
ha actuado contra Roberto Sandoval? ¿Por qué no pasa del combate a la corrupción
con puños de saliva a combatirla en los hechos? Mi hipótesis es que es socio
político de Roberto Sandoval. ¿Y la corrupción en Sepen? ¿Y en Obras públicas? ¿Y
en salud?
O en el caso de la misma Universidad: ¿Por qué no actúa
contra Nacho Peña cuando ya se tienen las denuncias en la fiscalia o cuando ya
es mas que evidente que ha desviado recursos? El propio rectorcillo ya declaró
que no pagará salarios a partir de
noviembre porque ya no tiene dinero, lo cual es una prueba mas del desvio de
recursos, delito que está tipificado como grave en la ley general de
responsabilidades administrativas. ¿Y qué decir de Juan López Salazar? Las
denuncias duermen el sueño de los justos.
El gobernador dirá de estos
comentarios y de cualquier otra publicación que lo critique o señale, que se
trata de golpeteo político, de subjetividad periodística o hasta de una vil
extorsión para obtener contratos publicitarios. Esa ha sido su salida ante las
críticas y los señalamientos, no importa que sea verdad lo que se diga, no
importa que se demuestre y documente rigurosamente cada señalamiento o crítica,
la salida siempre será la misma: descalificar al medio, atacar en lo individual
a quien escribe y evadir el tema central. Podrá decir lo que quiera el
gobernador, lo que no podrá hacer es negar lo que aquí se dice. Cualquiera que se atreve a disentir o
a criticar su actuación, en automático es colocado en la línea de fuego de los
"enemigos" al gobierno y, por lo tanto, tratado con singular
desprecio y hasta con francas "hostilidades oficiales". La prueba
reciente es su infantil declaración contra la senadora Cora Cecilia Pinedo,
quien solicitó un punto de acuerdo del senado de la república para que se
revise la reciente petición de endeudamiento estatal y la respuesta del
gobernador, en términos coloquiales fue: ¡Y también que te revisen a ti cuando
bla bla bla”! Debió de haber dicho que estaba de acuerdo con la senadora para
que todo fuera transparente. Pero le ganó el hígado.
PD. Hay cuatro denuncias
en la fiscalia ¿Qué esperas gobernador?