En los primeros días de abril
del año que corre, escribí que la mejor opción que le quedaba a Roberto
Sandoval era huir. Eso lo escribí hace meses porque desde entonces ya se le
estaba viniendo el mundo encima. Ya había acuerdos del senado para que
solicitara licencia, ya andaba la PGR haciendo investigaciones, las instancias
fiscalizadoras también estaban encima y en fin, todo el mundo institucional que
busca políticos ratas a quienes echarles el guante, se le vino encima. Su mejor
opción era huir. Pero se quedó.
Sólo
que ahora ya no será gobernador, ya será un ciudadano más que, por supuesto, tendrá
todavía el mundo encima más lo que se ha acumulado desde la caída de Veytia hasta
la famosa comisión de la verdad y la integración de un congreso que, aunque
tenga un líder anodino, es de oposición a él y su pandilla. Del gobierno
entrante al mando del gobernador Echevarría no tendrá problemas dado su pacto
político para hacerlo ganar sobre la traición a su propio partido. Pero de ahí en
fuera, tiene todo en contra, es un político de esos que están en bandeja de
plata para ser recluidos en la cárcel y para quitarle todos los bienes mal
habidos. Aunque en abril dije que era su mejor opción, ahora cabe la pregunta ¿Huirá
o no huirá?
Desde
luego, Roberto Sandoval ha dicho fuerte y quedito que no se irá, que no huirá,
que se quedará en Nayarit a trabajar en sus tierras y a ser ganadero. Pero, sin
embargo, esos puños de saliva contrastan mucho con las medidas que ha tomado
como el hecho de proteger y esconder muchos de sus bienes. Todo mundo sabe que
ya escondió sus caballos y sus vacas. Es por tanto inocente pensar que no lo
haya hecho con los millones de pesos que presuntamente puede tener acumulados. ¿Dónde?
Si son muchos millones de dólares no le cuesta nada meter el dinero en paraísos
fiscales donde se guarda toda la información y se puede estar tranquilo. Mucho se
dice que lo critican por corrupto, no por lo que ya saben.
Seguramente
que tiene confianza en que desde el gobierno del estado no habrá persecución
para él, dada su sociedad con el gobernador Echevarría quien seguramente no
moverá un dedo contra Sandoval. Desde luego, desde mi muy modesto punto de
vista, Sandoval buscará impunidad en el marco de la elección presidencial. ¿Cómo
podría ser eso? Sólo hay una manera: Que financie a uno de los candidatos
presidenciales con posibilidad de ganar. Yo no veo otra manera de lograr impunidad
y que no lo despellejen. ¿ustedes mis escasos lectores ven alguna otra?
Desde
luego, la pregunta que de inmediato saltaría sería ¿Y cual sería ese candidato?
¿El del PRI con su alianza? ¿El del frente amplio? ¿El de MORENA? Aquí la
diversidad de opinión seria lo normal porque a la fecha nadie puede asegurar
que un candidato en especial ya tiene asegurada la presidencia de la república.
Pero en lo que si podríamos tener alguna coincidencia sería precisamente en que
la única manera de lograr impunidad es que haya un candidato que le acepte
muchos millones de pesos a cambio de no cobrarle la factura política por haber
sido un gobernador corrupto.
Pero,
¿y si no financia a nadie? Pues eso puede resultar por dos probables causas: 1)
porque ninguno de los aspirantes presidenciales le haya aceptado financiamiento
o 2) porque está seguro que está blindado legalmente contra toda acusación o investigación
que se le pudiera hacer. De hecho, ya lo ha declarado a los cuatro vientos que
para lo limpio ni jabón se ocupa. A pesar de que localmente y nacionalmente
está bien “balconeado” como uno más de los gobernadores corruptos, Roberto Sandoval
ni suda ni se abochorna quizá porque puede haber otro factor que sea la causa
de esa “tranquilidad” política que lo embarga: Que ya tiene preparada su huida.
EL
siempre “agradecido y leal” amigo Polito Domínguez perdió na oportunidad de oro
para levantar sus bonos políticos: En lugar de decirle al secretario de salud
que es un delincuente y que debe estar en la cárcel, se lo debió de haber dicho
a Roberto Sandoval. Debió haber nombrado un fiscal provisional, integrarle su averiguación
en dos tres días con todos los elementos que de inmediato le hubiera prestado
la comisión de la verdad, consignarlo ante un juez y meterlo a la cárcel. Pero
Polo prefirió andar por las ramas, prefirió dejar de lado su postura blandengue
para dar paso a una inusual bravura política, pero con un charalillo y no con
el jefe de la pandilla. Quizá Roberto Sandoval esté convencido que con esos
opositores que no se animan tendrá la impunidad que necesita y no necesitará
huir. Sólo Rodrigo González Barrios se ve que está decidido, no sé si sea una
simple postura electorera o sea de a deveras, pero mientras son peras o
manzanas, es el único que se ve con decisión para actuar contra el aún
gobernador Sandoval.
PD. El diputado Mercado
pregunta: ¿Y quien va a auditar al auditor? Desde aquí le digo a mi amigo el
diputado Mercado que le haga propuestas muy concretas al líder cameral para actuar,
pero ya, ya, ya, ya, contra Roy Rubio. Hay elementos de sobra para comprobar
que protegió corruptos. ¿Para que le buscan chichis a las gallinas?