Desde
luego que no dudo que los del gobierno pasado le hayan hecho eso. Incluso sé de
otras cosas que le hicieron a Juan López Salazar con el caso de la llamada
Universidad Cuahutémoc en la que Juan López fraudeaba a los que querían estudiar
medicina ahí, los estudiantes lo denunciaron y Veytia, presuntamente aprovechó para quitarle varios
bienes que estaban a nombre de un prestanombres. Ladrón que roba a ladrón,
machetazo a caballo de espadas. Pero tratar de convertir a Juan López Salazar
en un alma del señor no tiene madre, tratar de santificar a Juan López Salazar para
decir que se vió obligado por las circunstancias a agarrar dinero universitario
es tratar de verle la cara de “tontejos” a los universitarios y a los ciudadanos
en general.
Para
empezar, es clara la intención del anciano dirigente quien dice eso hasta
ahora, hasta que ya no están los autores de ese supuesto secuestro. Debió de
haber denunciado cuando estaban al frente del gobierno. Por otro lado, se supone
que es dirigente de una organización nacional de sindicatos universitarios como
para permitir que el gobierno secuestre el hijo de un rector. Un rector no es
el “tuercas” o el “cacarras” a quienes les pueden secuestrar sus hijos y no que
no pase nada. Pero además de eso, tan
fácil que era para el entonces rector Juan López Salazar acudir al gobierno
federal para denunciar ese posible hecho. El gobierno federal dio muchas
muestras de poner en paz al parecito ese del gobierno estatal que hacían de las
suyas contra todo mundo. Son evidentes las mentiras del anciano dirigente en su
afán de santificar a quien fue su cómplice en el desfalco de los dineros
universitarios y del fondo de pensiones de la UAN.
Esa
declaración me recuerda aquella afirmación del ahora jefe del gabinete de Castellón
Fonseca, Alberto Rivera Domínguez, cuando este escribano de la trinchera lo
cuestionaba públicamente por ser un rector corrupto, quien me decía: “cada vez
que me critiques voy a meter la mano al presupuesto para que te de más coraje”.
Así seguramente le hizo Juan López Salazar, quien seguramente acongojado ante
la presión que le interponía el entonces fiscal Veytia y el ex gobernador
Sandoval con el supuesto secuestro de su hijo según lo dice el sempiterno
dirigente sindical, metió la mano al presupuesto para quitarse esa supuesta
presión. Y seguramente que también lo presionaron con otro secuestro para imponer
a Nacho Peña para que le tape sus trapacerías. La verdad es que estaban en la
misma sintonía Sandoval y Juan López Salazar, estaban coludidos
para hacer lo que se les viniera en gana.
Recuerdo cuando
un grupo de universitarios le interpusieron a Juan López Salazar una denuncia
ante la PGR aquella vez del “diciembre negro” cuando no nos pagaron los
aguinaldos. Este escribano de la trinchera estaba reunido en un hotel a la
salida a Mazatlán con Juan López Salazar y un amigo que le traje de Monterrey
porque le iba a conseguir dinero barato para pagar. Se pusieron de acuerdo
entre ellos y, precisamente en ese momento, le entró una llamada del entonces
secretario general de gobierno, mi amigo socialmente conocido como “Pepe Atoles”,
para decirle que se necesitaban reunir para ver cómo iban a enfrentar la denuncia
que le habían interpuesto ante la delegación de la PGR. Y se marchó. Esa
ocasión me sacaron una fotografía a escondidas diciendo en las redes sociales
que yo había negociado a trasmano con el ex rector cuando en realidad hacia uso
de mis contactos para ayudarle para que nos pagaran los aguinaldos. Mientras
otros universitarios gritaban y hacían marchas, yo hacía esfuerzos por
resolver. Pero es ahí precisamente donde me di cuenta de cómo Juan López
Salazar estaba en completo contubernio con Sandoval, no se necesitaba
un secuestro para hacer conjuntamente sus fechorías. Eso es precisamente crimen
organizado, es colusión de funcionarios públicos para cometer delitos desviando
el dinero público. Por eso da risa que el anciano dirigente quiera convertir en
santo a un ladrón. Al paso que va al rato va a santificar al Mochaorejas.
PD. Vi una entrevista que le
hizo el polémico “Evaristo ya está listo” al histórico luchador social Nayarita
Miguel González Ibarra, quien de manera fuerte y contundente señaló que el
gobierno estatal, en ocho días que llevaba de ejercicio, estaba reprobado. ¿La
razón? La larga lista de muertos en esos ocho días son responsabilidad del
gobernador, de nadie más. Toño el gobernador debiera tomar muy en serio estas
palabras de este personaje de la política quien se ha caracterizado por hacer
cuestionamientos serios acerca del ejercicio gubernamental. Desde luego, aún
hay algunos que justifican la poca eficacia de Toño en esos ocho días y dan
argumentos diferentes: es muy poco tiempo, espérense a los cien días, no trae
varita mágica, son problemas heredados y un sin fin de razones que se esgrimen
para darle un espaldarazo al titular del ejecutivo. Itero, Toño debe tomar en
serio ese tipo de opiniones.