Ahora con el gasolinazo tal
parece que ya nadie quiere acordarse de que en la Universidad Autónoma de
Nayarit desaparecieron el fondo de pensiones, de que Juan López es un virtual
prófugo de la justicia, de que no nos han pagado nuestros aguinaldos y de que
Nacho Peña amenazó con no pagar salarios terminando el mes de junio del
presente año.
Un
panorama completamente desolador para los universitarios, mientras que, por su parte,
Juan López ni suda ni se abochorna cuando el ejecutivo del estado le dió un
ultimátum de tiempo que ignoró por completo. Tal parece que quieren que se
guarde silencio ante el desfalco impune y escandaloso que hoy tiene de rodillas
a la UAN. Incluso, me han preguntado mis cuatro lectores acerca de las razones
que debe tener el gobernador para tratar con mucha amabilidad a Juan López
Salazar, ex rector de la UAN.
La
primera postura del gobernador ante los delitos de Juan López Salazar, fue de
mucha amabilidad: Es un buen hombre, que venga y aclare, se le dan todas las garantías
de seguridad que quiera, que no hay problema que solo se ocupa que aclare los
problemas que se le señalaron. Después de eso, el gobernador le dio un plazo
para que se presentara, concluido éste, lo traería desde donde estuviera para
que siga aclarando. Luego se termina el plazo y no se dice nada de Juan López
Salazar.
Juan
López trae sobre su espalda no solamente lo que le imputó el órgano superior de
fiscalización, peculado y ejercicio indebido de funciones, sino que también trae
encima la denuncia penal que le hice por un fraude que representa setenta
millones de pesos de daño al patrimonio universitario. Hasta ahora no se sabe
nada de una ni de la otra, no se sabe cómo van las investigaciones en torno a
ambas denuncias. Espero que el gobernador pase de la amabilidad a la aplicación
de la ley, eso es lo que debe proceder cuando se cometen delitos.
Si
el de la trinchera fuera el gobernador y tuviera que asumir una postura
respecto del caso universitario, mi declaración, a diferencia del gobernador,
sería: Se harán las investigaciones pertinentes y si hay delito que perseguir,
se aplicará todo el rigor de la ley, sin preferencias ni privilegios para
nadie. Esa debería ser la postura oficial, pero ¿A qué se debe que el
gobernador trate con mucho decoro a un fraudeador? Juan López Salazar es, hasta
ahora, presunto delincuente de cuello blanco, de esos que roban millones y
millones y no pasa nada, hasta con decoro los tratan. No fuera una madre
soltera que se haya robado unos calzones de Ley porque ya estuviera refundida
en la penal. ¿Por qué a Juan López se la trata con mucho cariño?
La
verdad no lo sabemos, no tenemos ningún dato o información que nos permita
decir con exactitud las razones de esa postura amable del gobernador con el ex
rector. Si la tuviéramos por supuesto que la compartiríamos con nuestros
escasos lectores en número de cuatro. Pero no hay nada. Lo que se dice acerca
de esa posición gubernamental son puras especulaciones y éstas, son como las
novelas, se les da el final que se quiera. Feliz, trágico, de suspenso, en fin,
como se quiera.
La
primera especulación que se hace es acerca de que el gobernador es un buen
hombre y que no desea el mal a nadie, que él ve Nayaritas bien nacidos y que no
tiene por qué juzgar a nadie. Que, como él no hace daño a nadie, cree que los demás
son iguales a él. Por tanto, todos son inocentes hasta que no se les compruebe
lo contrario.
La
segunda especulación es más dura. Dicen que el gobernador tiene información
acerca de que uno de sus funcionarios está implicado en el desfalco a la máxima
casa de estudios y, como no lo quiere golpear ni descobijar, que mejor no hace
nada contra de Juan López Salazar por la posibilidad de que al ex rector se le
vaya a soltar la lengua y entonces salgan a flote personajes de la política
local que caerían en el descrédito social de manera escandalosa y que, como son
alfiles del gobernador pues entonces mejor no hace nada.
Y
la tercera especulación es que, el dinero universitario se ha gastado en las
campañas políticas de varios priistas y algunos perredistas y que, por tanto,
no conviene a nadie que la corrupción desbordada llegue a los políticos que se
han beneficiado de convertir a la UAN en la caja chica.
Y
una última especulación es que como la UAN ha servido de lavadero de dinero que
proviene del crimen organizado, es mejor no sacar nada a flote porque entonces
los implicados serían algunos más, al grado que puede llegar hasta los más altos
niveles del actual gobierno y trascender al gobierno de la república.
En
fin, las especulaciones están a todo vapor, aunque están siendo disminuidas por
el escándalo nacional del gasolinazo. Pero ni eso hará que los universitarios
tratemos de limpiar nuestra institución de corruptos.
PD. Y por supuesto, me refiero
al gobernador de la colonia Zitacua. ¡¡Disfruten su fin de semana!!