Después de un semestre de duro trabajo académico, una pareja de
profesores de la UAN, deciden irse de camping durante el fin de semana. Después
de cenar, se fueron a dormir a una tienda de campaña. Horas más tarde, la
investigadora se despertó y codeó a su pareja, un científico de la UAN de esos
que disfrutan becas solo en el papel porque no les pagan, diciéndole: - ¿Amor,
mira el cielo y dime que ves...- Veo millones y millones de estrellas...- Y eso
que te dice?, -replicó la investigadora fiel a su espíritu investigativo…-
Astronómicamente, que hay millones de galaxias y potencialmente billones de
planetas. Astrológicamente, que Saturno está en Leo, Cronológicamente, que son
aproximadamente las 3 de la madrugada, Teológicamente, que Dios es Todopoderoso
y nosotros somos pequeños e insignificantes. Meteorológicamente, que mañana
tendremos un hermoso día. - Y a ti mi bella investigadora de ciencias sociales,
que te dice? ...- Ay amor, Tu siempre con tus aseveraciones científicas que
insultan el sentido común, ¿Que acaso no te das cuenta que Juan López Salazar nos
acaba de robar la casa de campaña?
Y es que así
estamos los universitarios. Así nos dejó Juan López Salazar, descobijados. Con una
méndiga incertidumbre respecto a nuestros aguinaldos porque es fecha en que no
nos aseguran si nos van a pagar o no. Y todo porque Juan López Salazar y
cómplices dejaron temblando las arcas universitarias, pero no de frio, sino de
la ausencia de chelines que sirvan para el pago de nuestras prestaciones. Esta
méndiga incertidumbre mata.
Y no es para
menos. Muchos de los trabajadores académicos y administrativos, dependemos
exclusivamente de lo que nos paga la UAN y, ese salario o jubilación o pensión,
no es ni siquiera para disfrutarlo con unos buenos “guiskis” o una gran cena de
navidad junto con la familia y los amigos estimados y queridos, sino que es
para pagar deudas atrasadas que hemos adquirido durante el año debido al
desgaste que sufre nuestro salario en su carrera contra los precios. Algunos más
lo usan para hacer frente a sus ya añejas enfermedades o de plano lo usan para
los regalos navideños de los hijos y nietos, pero, con esta incertidumbre, ya
hasta los niños preguntan si les va a llegar Santa Claus con sus juguetes.
Hay trabajadores que tienen otro
trabajo y con eso medio compensan el desgaste que genera esta méndiga
incertidumbre, pero no se eximen de también renegar pues ya cuentan con ese
ingreso que para muchos es la propina, pero que les sirve para algunos
compromisos extras, los cuales ya no van a poder cumplir si esa méndiga
incertidumbre se transforma en un no pago de los aguinaldos. Desde luego que
existe la élite de académicos que son funcionarios públicos, magistrados,
jueces o que gozan de algún otro cargo público cuya postura es no quejarse
tanto, pues al final muchos de ellos son simples aviadores que señalan que lo
que aparezca de ahí de la UAN ya es bueno.
Lo cierto es que ya ésta méndiga
incertidumbre está alterando los nervios de muchos, entre ellos por supuesto, el
de la trinchera quien ante esa méndiga incertidumbre ya está pensando en dejar
fuera los valores y ponerse a “chayotear” o extorsionar políticos jejejeje,
pero no se me da ese asunto. Seguramente que habrá trabajadores que sufrirán de
hipertensión cuando se les anuncie que no habrá aguinaldos, porque muchos
trabajadores se las verán duras para llevar el sustento a su familia y pasar
estas vacaciones con algo de comida. Pensar en fiestas y derroche en regalos es
una utopía.
En el caso de muchos jubilados y
pensionados, si ésta méndiga incertidumbre se transforma en no pago de
aguinaldos, pasaremos este invierno, enfermos, sin unos buenos servicios
médicos universitarios que nos resuelvan nuestras añejas dolencias y, muy por
el contrario, nos seguirán recetando nuestro paracetamol y diclofenaco para
resolver todo lo que nos aqueje en nuestro ya deteriorado cuerpecito.
Por esas razones, desde aquí le envío
un exhorto al ciudadano funcionario público en funciones de rector, que le eche
todas las ganas para conseguir la lana que hace falta y pasemos no una amarga
navidad sino un excelente invierno. Entendemos que ya los políticos,
funcionarios, gobernantes y líderes ya lo dejaron sólo. NI el gobernador, ni
los aspirantes a gobernarnos, ni los líderes de los partidos políticos ni los
legisladores federales ya sean diputados o senadores, nadie, nadie pudo sacar a
flote a la UAN, lo cual habla de que todos, absolutamente todos son una bola de
chafas porque en lugar de resolver los problemas se la pasan regalando
espejitos, haciendo desfiles o bailes donde muestran sus desfiguros y su
pobreza intelectual, regalando piñatas y dulces o, como lo vi ayer en Las
Varas, regalando las televisoras que el gobierno federal promueve con ese programa
de mover a México.
PD. Las autoridades universitarias no
han dicho nada respecto de las gestiones que hicieron en la ciudad de México.
Mala señal. Se genera una méndiga incertidumbre que mata.