El ahora presidente electo de Estados Unidos,
Donald Trump, deja un legado de enseñanzas para nuestras elecciones Nayaritas.
El antes candidato republicano, ese de las grotescas propuestas y al que nadie
daba un céntimo de triunfo, nos deja una lección que bien puede tomarse en
cuenta para la hora de la definición de candidatos a la gubernatura,
diputaciones, regidurías y presidencias municipales. Ese candidato que difundía
sus
declaraciones y propuestas más odiosas y locochonas, nos dio una buena lección
que habria que aprovechar.
Recordemos, por ejemplo, su afirmación
de que todos los inmigrantes ilegales mexicanos son “corruptos, delincuentes y
violadores”. O su proyecto de expulsar a los 11 millones de inmigrantes
ilegales latinos a quienes quiere meter en autobuses y expulsar del país,
mandándoles a México. O su propuesta, inspirada en « Juego de Tronos », de
construir un muro fronterizo de 3.145 kilómetros a lo largo de valles, montañas
y desiertos, para impedir la entrada de inmigrantes latinoamericanos y cuyo
presupuesto de 21 mil millones de dólares sería financiado por el gobierno de
México. Entre esas y otras locuras de Trump, el resultado de las elecciones en
el vecino país nos deja una enseñanza: EL FRACASO DE LAS ENCUESTAS.
Ya hemos tenido otras experiencias en
elecciones mexicanas donde todas las casas encuestadoras que se dicen de prestigio
no han atinado resultados. Ahora, las casas encuestadoras y medios de
comunicación de importancia estratégica en USA han ratificado esa lección: FRACASARON
en su pronóstico de que la candidata demócrata seria la triunfadora y que el
magnate y locochon ex candidato republicano seria derrotado. ¿A qué viene esta
reflexión? Simple y sencillamente a que, dada la escandalosa evidencia
empírica, las encuestas no pueden ser el método para la definición de los
candidatos. Ya no son confiables y han perdido toda credibilidad.
Ese no es un tema menor. Por ejemplo,
en el caso del PAN, tal parece que ya les dijeron que, en marzo, una vez que se
acerquen los tiempos electorales, el comité ejecutivo nacional les mostrará sus
mediciones y entonces, a partir de esas mediciones sobre la base de las
encuestas, definirán al candidato a la gubernatura. Y asi se ha seleccionado
ese método para la definición del candidato. Nos dicen: el que esté más
posicionado, ese será el candidato.
Obviamente, si el criterio exclusivo
para la definición del candidato es: “el que esté más posicionado”, entonces
todos los partidos políticos quisieran a Layín de candidato. Obviamente, los diferentes
partidos políticos deberán valorar sus criterios porque ser el más posicionado,
o ser el mejor posicionado no es señal de ser el mejor candidato, así como
tampoco es señal de que la gente, los electores, quisiéramos votar por él.
Creo que lo que nos acaba de dar TRUMP
como lección, es que el mejor posicionado, no es necesariamente el mejor, ni el
triunfador. TRUMP era el menos posicionado y sin embargo gano la elección. Así que,
en Nayarit, a la luz de los hechos de la elección estadounidense, los
diferentes partidos políticos deberán revalorar los criterios para definir a
sus abanderados para los distintos espacios de elección popular. Se puede estar
muy abajo en las encuestas y resultar triunfador.
Obviamente, los diferentes institutos
políticos van a tener que realizar sus debates internos para definir los métodos
de designación de candidatos. Esto quizá se vuelva un poco más complejo a la
hora de construir alianzas. Aquí serán diferentes partidos los que deben
ponerse de acuerdo para establecer los criterios de elección en donde no sean
exclusivamente encuestas.
¿Qué otros criterios, fuera de la
encuesta, se pueden usar para definir a los candidatos? Fuera del
posicionamiento por medio de las encuestas, seguramente que entre los criterios
que se definan serán la trayectoria de los aspirantes, su experiencia, su
perfil, su nivel académico y profesional, en fin, habrá otros criterios muy
diferentes que no son necesariamente los relativos al posicionamiento entre los
ciudadanos. Y quizá esos criterios sean mejores para Nayarit porque, si los
partidos escogen a excelentes ciudadanos que tengan buenos perfiles, trayectoria
honesta, excelentes niveles académicos, en fin, si las diferentes opciones
privilegian estos criterios a la hora de seleccionar a los candidatos, entonces
Nayarit ganará, todos los ciudadanos ganaremos porque al final de cuentas, gane
el que gane, habrá más certeza de que
tendremos buenos gobiernos y buenos representantes populares.
Obviamente, también puede darse el caso
inverso. Los buenos profesionistas con buenos niveles académicos no son
garantía de buen gobierno. Ahí tenemos a Salinas, formado en Harvard y dejó
hecho pedazos al país. Entonces pues, la mezcla de diferentes aspectos deberá ponderarse
para sacar buenos abanderados para que nos gobiernen.
PD. ¿Y ahora qué pasará con Videgaray?
Walter Mercado me dijo que puede ser el candidato presidencial en el 2018 por
el PRI o que puede ser candidato al gobierno del Estado de México.