Dice aquella canción
viejita que describe a un enamorado de una trabajadora de esos antros donde se
vende de todo: Fue un cabaret, donde te encontré bailando, vendiendo tu amor,
al mejor postor… Esto viene a colación
por el escandalo que se cargan con el caso de un empleado municipal de Tepic,
al decir de muchos, activista de las redes sociales y por ahora hospedado en el
Venustiano Carranza Resort, donde les saben dar la bienvenida a aquellos que tiene
la gran dicha acudir a unas gratas vacaciones en ese lugar donde la
delincuencia tiene sus reales asentados.
El escandalo es producto de la visita que el empleado le
hizo al conocido lugar como El Tapanko a eso de las tres y media de la
madrugada, lugar donde por supuesto, no van los monjes ni monjas. ¿Cual es la
gracia del lugar? Pues nada mas y nada menos que ver bailar a las boludas
chicas que se cuelgan de un tubo y, quienes al son de las candentes canciones,
se retuercen como culebras, exponiendo ante los suertudos visitantes, sus bien
contorneadas figuras, incluyendo aquella parte que vuelve locos a los hombres.
Pero el mitote no se hizo por la visita del empleado al
prostíbulo, sino porque ahí fue el escenario del chisme. Y se han soltado los
dimes y diretes. Yo no tengo el gusto de conocer al implicado, de nombre
Jonathan Lora, pero las opiniones han estado encontradas en torno al
zafarrancho que ahí se protagonizó. Unos por supuesto, dicen que no mata una
mosca, que su aprehensión es fruto de la venta de la justicia al mejor postor,
los mas lo convierten en delincuente político y que su detención es una
violación a la libertad de expresión.
Y luego vienen los contrarios. Estos señalan que el
muchacho ha demostrado prepotencia y soberbia, que traía no solamente unos
buenos buches de alcohol entre estomago y espalda sino que además traída droga
y por si fuera poco traía una escolta para que lo protegiera de los embates de
la policía y los funcionarios ligados a esta. Borracho, droga y armas se convierten
entonces en los elementos ideales para convertirlo en delincuente.
Por fuentes dignas de todo crédito, dicen que el chico
anduvo con unos amigos y amigas personales y que a eso de la madrugada, como es
entendible, le quiso seguir a la pachanga. Entonces invito a sus amigos a que
le siguieran en ese lugar donde acuden los santos y la gente honorable. Y
entonces sucedió el zafarrancho, desatándose asi la escandalera por su
aprehensión y su rapidísimo traslado al hotel gran turismo llamado Venustiano Carranza
Resort. El fiscal es excelente para eso.
Y bueno, como este escribano de la trinchera no quiere
quedarse sin decir nada respecto de este tipo de casos, les quiero compartir a
mis escasos lectores en numero de cuatro algunas reflexiones. La primera la
hago con esta pregunta ¿Realmente traía una escolta? Tal parece que eso es
cierto, todo mundo lo acepta. Pero luego entonces ¿Por qué mi amigo Polo le
presta un cuico a un empleado municipal? Sin duda eso es un error que yo creo
que Polo ni lo cometió, mas bien creo que Polo ni sabia y que quien se lo
prestó fue su secretario de seguridad pública, pero, como sucede siempre, ya
que le brota el problema, ahora Polo tiene que apagar el fuego a salivazos. Lo
bueno es que ya aclaró que bajo ningún concepto se pueden usar los recursos
públicos (en este caso el recurso humano que representa el policía con todo y la
pistola que cargaba) para hacer cosas indebidas y personales, pero que respeta
las actividades de cada quien fuera de sus horarios de trabajo. Además ya giró
las instrucciones precisas para que se analice si hay conductas indebidas y en
su caso proceder a las sanciones. Y es que Polo no puede andar cargando con la
responsabilidad de otros.
Por otro lado, y como dicen los abogados, suponiendo sin
conceder, ¿Realmente lo apresaron por ser un critico fuerte del gobierno del
estado y todos sus funcionarios? Porque si ese fuera el caso, en Nayarit ya se
hubiera desatado una cacería de brujas porque en las redes sociales todo mundo
critica al gobierno del estado incluso hasta de forma irrespetuosa. Bajo ese
criterio el Venustiano Carranza Resort ya estuviera mas lleno que de costumbre
y atiborrado de “presos políticos” quienes dicen ser defensores de la libertad
de expresión. Realmente es de dudarse que sea un preso político o que lo hayan
arrestado por ser crítico del gobierno. Hay algunos columnistas de este medio
de comunicación que han realizado criticas fuertes al gobierno y no los han
apresado. Quizá una que otra amenaza velada pero hasta ahí. Desde luego, no
estoy defendiendo al gobierno, pero si me resisto a aceptar que el chico
visitador del Tapanko sea un preso político, aunque tampoco lo descarto, ya que
sabemos de los métodos que usa el abogado del pueblo para lograr sus objetivos
y les aseguro que no tienen nada de romanticismo. Lo que también quiero decir
es que, a pesar de ni siquiera conocer al muchacho, desde aquí le envío mi
solidaridad y sobre todo una oración para que dios lo proteja de lo que pasa
ahí adentro. Ya sabemos como “ablandan” a quienes caen en sus garras. robertogbernal@gmail.com
PD. Ahora traen el
chisme de que los presos dicen que es ridícula la justicia que se practica en
Nayarit. Me traen preso porque andaba en el Tapanko, un lugar donde dicen que
hay prostitutas, venden alcohol y hay drogas. Y me meten a un lugar donde hay
lo mismo. www.trincherauniversitaria.blogspot.mx