Ya lo sabemos,
estamos inmersos en un proceso electoral federal y todo se politiza, todo se
convierte en electorero. Esta actitud, desde luego, no exenta al gobernador de
Nayarit. El fuerte activismo gubernamental de Roberto Sandoval y el uso
faccioso del las instituciones para beneficiar a un candidato, al candidato
priista, es una práctica cotidiana, es el pan de cada día. Desde luego a nadie asusta esa conducta tan ilegal como
inmoral del gobierno, es parte del marasmo político en que se encuentra hundido
el país.
Pues bien, en este contexto, el
gobernador Roberto Sandoval tiene que operar políticamente para rendirle buenas
cuentas políticas a su candidato presidencial. Yo no dudo que mi tocayo lo logre, tiene muchos factores a
su favor para poder hacerlo. Además, el gobernador trae una racha ganadora, es
un muchacho que no ha perdido batalla alguna, siempre ha salido victorioso, aún
y con el montón de cosas de las que se le puede criticar.
Para empezar, tiene a su favor que
Peña Nieto es un candidato presidencial muy bien posicionado. Esto, desde
luego, es un factor favorable para que los votos hacia el PRI caigan a
raudales. Y aclaro, no con esto les estoy diciendo que soy priista y le voy a
Peña Nieto, no, lo que pretendo hacer es poner las cosas en su justa dimensión,
reconociendo las fortalezas de quienes serán los contendientes de las fuerzas
opositoras. No quiero auto engañarme ni hacerme como el tío Lolo, pend…jo solo.
Pero también tiene el gobierno de
Nayarit a su servicio. Hay que entender que mi tocayo está usando las
instituciones políticamente y por eso, aunque no haya resultados concretos en
los diferentes temas, trae toda una escandalosa política demagógica en la que
nos vende espejitos y da limosnas y lentejas al pueblo, de esas limosnas que
han sido convertidas en programas sociales pero que le han funcionado a la
perfección para agrandar la clientela de votos. Farmacias unidas para todos,
turismo unidos, en seguridad unidos, habrá empleos, habrá seguridad, histórico
presupuesto en fin, muchos espejitos que se quiebran en el momento en que se
den un pellizco y vuelvan a la realidad, esa realidad donde vamos a pagar
tenencia, esa realidad donde aparecen muertos a diario, esa realidad donde la
deuda es enorme y los municipios están ahogados financieramente, esa realidad
donde los campesinos no tienen en qué caerse muertos, esa realidad donde no hay
dinero para pagarles a los jubilados, esa realidad donde nuestros indígenas
siguen de indigentes, esa realidad donde las empresas no están apoyadas, en
fin, una realidad de carne y hueso que no existe en los discursos y
declaraciones de mi tocayo. Pero él hace su chamba, él hace lo que tiene que
hacer para rendirle buenas cuentas políticas a Peña Nieto. Ni modo que diga lo
contrario, que lance discursos desalentadores.
Y luego tiene al PRI unido bajo su
mando. Todos los grupos y cacicazgos que ahí perviven, están más sólidos que
nunca. Para muestra es que Gerardo Montenegro seguramente será candidato a
diputado federal, Raúl Mejía también y a mi tocayo le darán chance de meter a
uno de sus amigos como candidato a diputado federal. Ya destapó a Cota y
seguramente el otro de la fórmula priista para el senado será para uno de los
amigos del gobernador, unos dicen que será el tal Roy, que no lo creo porque
está muy verde y otros hablan hasta de Gianni, el actual secretario de obras
públicas.
Y por si fuera poco, los adversarios
de mi tocayo están más débiles que nunca. El PAN adolece de liderazgos con
arrastre social pues su única carta es Martha Elena quien ya trae un deterioro
político muy natural al grado que si saca la mitad de los votos que sacó como
candidata a la gubernatura, se me hace mucho. De ahí en fuera, el PAN no tiene
perfiles con los que se pueda hacer frente a la poderosa maquinaria electoral
que ya ha puesto a caminar mi tocayo. Y en el PRD las cosas están peor.
Entonces pues, el reto que mi tocayo
tiene enfrente y que consiste en darle
buenas cuentas políticas a Peña Nieto es un reto que está “cuichito”. La tiene
fácil. Ante este panorama es fácil afirmar que Roberto Sandoval, seguirá siendo
exitoso. Sin embargo, como una vez me lo dijo personalmente, a él le faltan más
generales, tiene mucha tropa pero le faltan generales. A ver de donde los
recluta, porque no le veo amigos que estén “potrereados”. robertogbernal@gmail.com
PD. En esas
condiciones, si mi tocayo opera políticamente bien, tiene ante si la
posibilidad de construir su propio cacicazgo y convertirse en un hombre
políticamente poderoso en el estado por muchos años. Esta posibilidad la tuvo
también Acosta Naranjo, pero la perdió por su ambición y, contradictoriamente,
su miopía política. www.trincherauniversitaria.blogspot.com