Ayer estuve desayunando con dos amigos presidentes municipales electos en un céntrico restaurant del que no quiero mencionar su nombre pero está a un costado de palacio de gobierno en la capital Nayarita. Ahí es donde me dí cuenta que el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) había convocado a una reunión a los presidentes municipales electos así como a los regidores. No quise ir de “mitotero” al evento, pues he aprendido a no asistir a donde no soy invitado, sin embargo, tengo el derecho a hacer algunas reflexiones del acontecimiento en sí mismo.
Desde luego que no dudo que nuestro amigo Salvador Iñiguez haya invitado a todos los presidentes y regidores a una sesión de trabajo. Seguramente los reunió para decirles las disposiciones jurídicas que existen en cuanto a la transparencia del uso de los recursos y de su amplia lucha del combate a la corrupción. Me niego a pensar que la reunión haya sido para saludarse, para conocerse y hacer alguna cita para tomarse un café. Estoy plenamente seguro que les dio una cátedra de honestidad y les mostró las bondades de ser honesto, de manejar los recursos públicos eficientemente y de manera transparente, clara, pulcra, aterciopelada. ¿Qué más si no es eso? Ni modo que podamos pensar que Salvador Iñiguez fue puesto ahí para hacer labores de fontanero tapando todo el excremento que sale de un quehacer indebido del ejercicio público. No seamos mal pensados.
Me parece que quizá los haya mandado llamar para decirles que en las presidencias municipales que terminan su gestión no hay “ratones” de dos patas. Seguramente ahí les mostró las pruebas de que todos los presidentes municipales que terminaron lo hicieron impecablemente, por tanto, no hay razón para hacer denuncias de “tranzas” al erario público. Ya casi escucho el discurso dirigido a los presidentes y regidores diciendo que en el tema de combate a la corrupción, a Nayarit se le nota, pues todos ejercieron los recursos públicos sin una mancha, no hubo nuevos ricos que usaron el poder estatal y municipal para enriquecerse.
Todas las raterías que presuntamente ha hecho Omar Reynozo y que han dado pie a las denuncias de la diputada Ivideliza seguramente son puros protagonismos y si la auditoria superior de la federación encontró raterías del ex secretario de salud y ahora diputado representante de la moral en Nayarit es porque los auditores federales se basan en puros mitotes para fincar denuncias a servidores públicos y no tienen el profesionalismo de Salvador Iñiguez quien seguramente pronto será llamado por la primera ministra Tarla Halonen para combatir la poca corrupción que hay en Finlandia.
De la misma manera, no se encontró mal manejo en la procuraduría, ni en seder, ni en obras públicas, ni los negocios con las plantas de tratamiento. Todo, absolutamente todo está soportado, todo está fundamentado según Salvador y por tanto, no hay problema, no hay que fincar denuncias ni buscar rateros donde no hay. Ni modo de pensar que Ney haya desviado recursos públicos para favorecer una marca comercial privada como la Riviera Nayarit, la que a final de cuentas los hoteleros mejor se la pasaron al gobierno del estado. O ni modo de pensar que haya habido negocios al amparo del poder en Puerta de Hierro, en Forum o con los agujeros viales, perdón nodos viales. Bueno, con decir que ni siquiera el presidente municipal de Santiago ha desviado ni saqueado al erario público a pesar de que haya un periódico mural en esa cabecera municipal donde se exhiban las casas, el ganado y quien sabe cuantas cosas más propiedad del ahora señor don Pipiripau.
En fin, nuestra institución que fiscaliza el ejercicio de los recursos públicos está inmaculada. Es un honor que esa institución sea dirigida por un personaje que no está manchado por ser cómplice de políticos para taparles sus trapacerías. Es un placer para los Nayaritas contar con tan ejemplares funcionarios que antes que permitir que se roben un cinco se corta las venas como demostración de protesta ante los atentados de los políticos rateros contra su integridad profesional.
Quien diga que el órgano de fiscalización superior se ha usado políticamente es un enemigo de Nayarit. Quien diga que esa institución se ha usado facciosamente es porque está contra nuestras honorables instituciones que no están manchadas por el cáncer de la corrupción. Quien diga que el órgano superior de fiscalización fue usado por Ney para ocultarle las raterías que nunca cometió es porque es un enemigo del pueblo. ¡Viva la honestidad del gobierno! ¡Vivan nuestros honestos políticos! robertogbernal@gmail.com
PD. Dicen que en el evento mencionado, Salvador Iñiguez hizo una pregunta para saber cuál era el nivel de capacidad de los regidores para ubicar si iban a poder hacer denuncias o por lo menos darse cuenta de que se convertirían en fieles vigilantes de las administraciones municipales. La pregunta fue ¿Cuánto es dos más dos? Como todos guardaban silencio, Salvador interpretó ese silencio de dos maneras: 1) o todos sabían lo elemental de la pregunta y por eso no dijeron nada; 2) o todos no sabían el resultado. Volvió a repetir la pregunta y, para no quedar mal ante los regidores, le preguntó directamente a un ex funcionario honesto, al que no le gustan los trinquetes a pesar de que haya tenido una orden de aprehensión por hacer tranzas. Ese funcionario dicen iba entrando al evento y aprovechó para hacerle la pregunta: ¿Cuánto es dos más dos Gerardo Gangoiti? La respuesta fue inmediata: ¡Tres para usted y uno para mi señor! ¿Será cierto que eso pasó? www.trincherauniversitaria.blogspot.com