31 octubre 2014

ANECDOTAS DE DOS PERSONAJES UNIVERSITARIOS


Como ya es el ultimo día del mes y aparte es la ultima columna de esta semana, les voy a comentar dos anécdotas que me pasaron de dos personajes universitarios. Tómenlo como “chunga”, nada serio ni cierto pero como es el día de brujas, y para pasar un rato ameno después de tanta denuncia contra el “asalta rectorías” y su socio principal en la empresa UAN S.A. de C.V. aquí se las paso.
¿Cual es el indiciado?
            El bar se llamaba La Selva. Un lupanar disfrazado de bar. Instalado por la avenida insurgentes ahí donde está el nodo vial, cerca de donde estaban o están las carnes en su jugo. Era un día cualquiera. A un borracho invertido eso le importa lo mismo que le importa saber cómo se le mete el agua a los cocos. Hace ya varios años del suceso. La selva dejo de ser negocio, no se si por el nodo vial o porque el joterío que ahí se daba cita hayan preferido irse a un lugar menos transitado, quizá al  bar denominado Las calandrias, donde nuestro universitario también gustaba de ir aunque hoy le guste mas un bar  de caché en  plaza fórum, Play City. Lo cierto es que tal parece que La Selva ya no existe. Pero ahí fue.
            En ese entonces no era diputado, ni mucho menos era un poderoso líder sindical que se había enriquecido escandalosamente traficando con el presupuesto universitario. Seguramente por eso acudía a los arrabales a dar rienda suelta a sus bajas pasiones mundanas. Pues bien, resulta que el relator de la anécdota, del que no digo su nombre, llegaba al lugar y escuchó unos quejidos en un baño. Provenían de la boca de nuestro personaje. Lo golpeaba un maricón. Nuestro agredido personaje, se tapaba el rostro, se agachaba pero protegerse de las cachetadas guajoloteras que el maricón le propinaba al mismo tiempo que le daba la espalda y que de su boca salían los quejidos en forma de ay, ay, ay, ay.
            El relator de la anécdota se enfiló hacia el baño. Abrió la puerta repentinamente llevándose tamaña sorpresota al ver que el agredido personaje era su amigo. No quiso saber si el maricón agresor tenia razón o si eso era un pleito de celos, pasional. Simplemente reaccionó de manera automática. Agarró a su amigo, lo empujó fuera del baño y después se regresó a tundirle unos buenos puñetazos al maricon agresor. Hecha la defensa, se salió del lugar. El agredido, hasta la fecha, ni siquiera le dio las gracias. El relator señala que a lo mejor ni supo quien lo había defendido. A la luz de los hechos actuales piensa que a lo mejor era una manera muy especifica de hacer sexo. Unos golpes previos para agarrar calor y después hacer la faena. Quizá no quería ser defendido. Para los mal pensados no vayan a creer que el personaje agredido en La Selva era el “Pelón” Hernández Escobedo ¿eh?
            La otra anécdota sucedió frente a La Selva. Un lugar que se llamaba La Cima. Era otro lupanar que no cerraba. Ahí llegaban los borrachos que eran corridos de los antros. Ahí se amanecían disfrutando de las calientes parroquianas vendedoras de caricias y favores sexuales. Pero el personaje en aquellos ayeres era un tipo cualquiera, sin trascendencia, como cualquier borrachín de los que ahí abundaban. Hoy es un alto funcionario universitario. Era asiduo a ese lugar, hasta una novia llamada Rachel se hizo. No se sabe si le daba algunos “chelines” para disfrutar de sus caricias o nomás era su amiga de “confianza”.
            En ese lupanar se hizo de un amigo a quien, en estos difíciles tiempos para la sobrevivencia humana, donde no hay empleo y la vida es muy cara, se le ocurrió irle a pedir empleo ahora que es un alto funcionario universitario. El amigo, con la confianza de saberle muchas cosas íntimas de aquellos aciagos tiempos donde eran tan mortales como cualquiera de la gruesa lista de borrachines que ahí pululaban, equivocadamente pensó que de inmediato se integraría a las filas de los trabajadores universitarios. Pero no. Mayúscula fue su sorpresa cuando descubrió que aquel amigo fiel, tan atento y servicial, se había transformado ahora que era un alto funcionario universitario. Con prepotencia le dijo que no había manera de incorporarlo a las filas de trabajadores universitarios y que ni se le ocurriera decir las cosas que en aquel lupanar habían pasado. Seguramente no le tuvo miedo porque el de la trinchera ¿como sabe de Rachel? Ah!! Y no vayan a pensar que estoy escribiendo de Juan López Salazar eh?
            Y ahora esta ultima reflexión: Si de casualidad los dos personajes en comento fueran el “pelón” Hernández Escobedo y Juan López Salazar, ¿se imaginan como estuviera la Universidad? Para empezar el color no fuera el azul sino el morado o lila y los funcionarios serían del grupo gay universitario. Afortunadamente no es así porque estos dos personajes nomas usan al universidad para hacer negocios económicos y políticos mediante la corrupción, la impunidad, la violación a las leyes y al estado de derecho. Así las cosas. robertogbernal@gmail.com

PD. Y se otras anécdotas. Hay unas que me gustan y que se refieren a unos viajes a Talpa. En alguna otra trinchera se las contaré. Por hoy disfruten su fin de semana. ¡Nos veremos! Dijo el ex gobernador mas honesto que tenemos los Nayaritas. www.trincherauniversitaria.blogspot.mx

OTRA DENUNCIA CON NAVARRO ¿Y?

CON NAVARRO QUINTERO EN 2018 ¿Y?