05 agosto 2014

ALEJANDRO FONSECA USA FACCIOSAMENTE A LA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA

Ayer, fui a llevar a mi hijo a su curso de verano. Ahí me encontré a un profesor amigo personal desde hace muchos años. Hombre serio, trabajador, reconocido por la sociedad Tepicense. Por recomendación suya no diré su nombre. En cuanto me vio, se abalanzó sobre mí para decirme: “te tengo una buena noticia”. Y la noticia es precisamente la que lleva por título la presente columna.
            Ya se sabía, se escuchaban rumores, se comentaba en las redes sociales, pero no me había topado con un caso de carne y hueso que fuera testigo de toda esa rumorología. ¿Cuál? El hecho de que desde el gobierno empezaron a correr gentes que en el proceso electoral pasado no habían apoyado a los candidatos del PRI. Y bueno, ahora me toco un caso, me tocó un ser de carne y hueso quien compungido me platicó la experiencia de sentirse reprimido por las autoridades de la Universidad Tecnológica de Xalisco, que es la institución en la que desde hace más de diez años prestaba sus servicios como profesor. Y ahora que tuvo el atrevimiento, que tuvo la osadía de apoyar a un candidato que no era el del PRI, le cobran la factura despidiéndolo.
            Su despido fue ordenado por un tal Alejandro Fonseca, a quien no tengo la dicha ni el gusto de conocer, pero se sabe que es quien sustituyó al encarcelador de albañiles y luego rector de la institución en comento, mi amigo Béjar Fonseca. La razón de su despido es por haber apoyado a un candidato distinto al del PRI, porque razones de índole laboral y profesional no existen. Te vas, así, sin miramientos y sin expediente alguno, fue cesado arbitrariamente de sus labores.
            Seguramente, con ese tipo de actitudes, el funcionario que ordenó su despido nos muestra que ha de ser un chiquillo de esos vanidosos que creen que los Nayaritas no los merecemos y que debemos inclinarnos ante su paso porque trae trajes de marcas extranjeras y coches último modelo. Ha de creer que el poder es para satisfacer su ego y su vanidad o para actuar de manera prepotente e insolente sin tener ningún respeto a las leyes.
            Por si no lo sabe el chiquillo irrespetuoso que funciona como rector de esa institución, las libertades constitucionales costaron mucha sangre al pueblo de México para que hoy las disfrutáramos. Años de sufrimiento y lucha son las que forjaron nuestros antepasados para que viviéramos decorosamente en un marco de libertades establecidas en la constitución. Cualquier trabajador puede tener la filiación ideológica o política que se le antoje, que le plazca o prefiera sin que ello afecte para nada sus derechos laborales, en México hay libertad política, de expresión, religiosa e ideológica, trabajes donde trabajes se te tiene que respetar. No puede usarse facciosamente las instituciones a menos que quien las practique sea un personaje primitivo y gorilesco que no respeta el estado de derecho.
            Por eso mismo el PRI como institución y como partido va en caída libre, porque quienes liderean y administran ese partido dejan que esas posturas propias de un fascista, deterioren la imagen institucional de un partido que no nació para ser pasto de perversos o de plano de niños nacidos en los algodones que no saben nada de sufrimiento social. Flaco favor le hacen al PRI quienes practican el cobro de facturas políticas sobre la base de violentar los derechos laborales.
            El uso faccioso y perverso de las instituciones en favor de un partido político ya no funciona, se acaba de demostrar en las recientes elecciones, en donde con todo el uso del poder, con todo el peso de las instituciones usadas facciosa y perversamente para apoyar al candidato del PRI, de todas maneras salieron derrotados en la capital Nayarita. Por el contrario, si se sigue en esa inercia, de usar las instituciones así, ese partido caerá en mayor descredito social, en mayor rechazo a sus posturas. Lo que deberían hacer quienes practican eso es hacerse una autocrítica para enderezar su mal gobierno, con eso pueden recobrar algo de la escasa legitimidad social que les queda en lugar de usar la represión como forma de castigo por no haber apoyado a sus candidatos.
            Y al tal Alejandro Fonseca, rector de la Universidad Tecnológica, desde esta humilde tribuna le digo que estar al frente de una institución educativa implica tener solvencia moral socialmente reconocida, implica ser un símbolo a seguir por los cientos o miles de estudiantes quienes ven en su rector un ejemplo moral, profesional y académico, ser rector implica tener la dignidad para estar al frente de quienes serán el futuro de Nayarit que son los estudiantes. Pero si tenemos un delincuente de cuello blanco, un modosito aprendiz de gorila que no respeta las leyes, entonces ¿a donde vamos a llevar a Nayarit con ese tipo de personajes ligeros? Servido. robertogbernal@gmail.com

PD. Y conste que no tengo nada personal con este muchacho quien seguramente no es santo de mi devoción, pero conozco de muchos años al profesor que fue víctima de este energúmeno vestido de traje y sé que es un hombre trabajador, reconocido por la sociedad y con muchos, pero muchos años de trabajo ininterrumpido en la educación. Profesor, está a su disposición el doctor en derecho que le comenté para que haga su defensa legal y exhiba públicamente a este tipo de nefastos personajes www.trincherauniversitaria.blogspot.mx

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