16 septiembre 2011

MIGUEL HIDALGO ¿PADRE DE LA INDEPENDENCIA?

Con motivo de nuestras fiestas patrias, y como es la última columna de la semana, voy a escribir algo relacionado con el tema de la consumación de la independencia. Según los historiadores oficiales, es a Miguel Hidalgo a quien le debemos la realización de nuestra independencia, pues bien, vamos a hacer algunas anotaciones en este sentido.
            Sin duda alguna que Miguel Hidalgo encabezó muchas acciones bélicas durante los años 1810 y 1811. De hecho obtuvo algunas victorias, entre las que destacan las de Guanajuato y en el Monte de las Cruces. Sin embargo, su movimiento tuvo un freno inmediato en la batalla de Puente de Calderón, donde fue derrotado por Félix Maria Calleja. Es obvio que ante la derrota, los líderes fueron aprehendidos y ejecutados.
            Lo anterior es sin considerar que ya había algunos conflictos entre Allende e Hidalgo, donde este último no sólo había tratado de ser envenenado por Allende sino que fue incluso destituido de su cargo con el fin de tratar de parar los desmanes que las tropas hidalguenses cometían. Como dice el dicho, a los derrotados ni agua, así que, una vez que Hidalgo es derrotado, su futuro, junto con los demás líderes fue descrito por José Maria de la Fuente en su libro “Hidalgo íntimo”, en donde dijo: “las cabezas de Hidalgo, Allende, Aldama, y Jiménez fueron levadas a Guanajuato, en donde las pusieron en unas aspas de fierro en los cuatro ángulos del castillo de Granaditas [….] Casi diez años permanecieron enclavadas en los ángulos de la Alhóndiga las cabezas de estos caudillos, hasta el 28 de marzo de 1821, en que por orden de don Anastasio Bustamante fueron sepultadas en el panteón de San Sebastian de Guanajuato”.
            Es obvio que si Hidalgo no triunfó y por tanto no logró la independencia pues esta se logró diez años después, entonces ¿Quién debe merecer tal distinción? La primera proclamación real de la independencia de Nueva España, la del rompimiento definitivo e irreversible, corrió por cuenta de José María Morelos y Pavón en un documento fechado el 14 de septiembre de 1813. La segunda proclamación fue en el congreso de Anáhuac el 6 de noviembre de 1813 en donde se firmó la primera acta de nacimiento de nuestro país.
            Sin embargo, todos los líderes que ahí firmaron (Andrés Quintana Roo, Ignacio López Rayón, José Manuel Herrera, Carlos María Bustamante, José Sixto Berduzco, José María Liceaga y Cornelio Ortiz de Zárate) tampoco consumaron la independencia. La muerte del siervo de la nación (Morelos) y los integrantes del congreso de Anáhuac tampoco consumaron la independencia, pues la derrota y la muerte se los impidió.
            Fue hasta e 24 de febrero de 1821 cuando por virtud de la unidad entre las fuerzas de agustín de Iturbide y Vicente Guerrero y con el visto bueno de Matías Monteagudo y de los clérigos que conspiraron en La Profesa para evitar la aplicación de la Constitución Liberal de Cádiz, que se proclamaría el Plan de Iguala, una de cuyas cláusulas establece que la Nueva España es independiente de la antigua y de toda otra potencia aún de nuestro continente.
            La independencia que se habla en el Plan de Iguala es, sin duda, la definitiva, pues sus signatarios lograrían consumar la lucha y entrarían a la capital del país el 27 de septiembre de 1821. Al día siguiente, la junta soberana del naciente país publicó el acta que nos transformó en una nación independiente. Dejamos de ser un virreinato para ser un país, una nación soberana. Miguel Hidalgo no fue el consumador de nuestra libertad. Su mérito y el de Allende, es haber iniciado una lucha que, debido a Morelos, abandonó las ideas de restauración para fijarse en un nuevo objetivo: la independencia de Nueva España.
            ¿Qué intereses económicos y políticos había en todo ese movimiento? ¿Estaban las entonces potencias como Inglaterra y Francia, así como Estados Unidos fuera de todo este proceso? Eso es harina de otro costal que rebasa los límites de mi columneja. robertogbernal@gmail.com
PD. En la columna del día de ayer cometí un “lapsus mensus”, dije PIB cuando debí decir presupuesto estatal. Lo bueno es que quizá nadie se dio cuenta, lo cual se debe a tres cosas: a) Nadie leyó la columna; b) Si la leyeron a nadie le importó y c) mis lectores no entienden que es PIB y si lo entendieron mejor se quedaron callados. Una vez más constato que se pueden echar mentiras y nadie dice nada, por eso Ney anda como pez en el agua……¡Disfruten su fin de semana y no se pierdan la pelea del Canelo!! www.trincherauniversitaria.blogspot.com

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CON NAVARRO QUINTERO EN 2018 ¿Y?