Hice el compromiso público de no criticar la postura de Acosta Naranjo en el proceso político electoral actual. Y lo voy a cumplir. Pero tal parece que del lado de Acosta Naranjo no hay voluntad política de construir, sino de destruir. Y esto lo digo porque su perro fiel, ése que tiene una pobreza intelectual, moral y política equiparable a un puño de dinero, sigue dando lata en aras de demostrarle a su nuevo amo (antes a mi me lamía lo que ya saben por unos cuantos pesos más) su enanismo mental.
Y estoy en lo dicho, no voy a criticar a Acosta Naranjo a pesar de haber muchos elementos para ello. Y lo repito, mi crítica hacia Acosta ya es pública y no la haré para atrás ni me retractaré, pero ya no lo diré más en aras de construir un proyecto sólido hacia la gubernatura de Nayarit. Pero su perro sigue ladrando y sería conveniente que le pusiera un bozal, de lo contrario yo no dirigiré mis baterías a su perro pulguiento, es un personaje que no merece mi atención personalizada, sino que Acosta me obligará a retractarme de mi compromiso y será nuevamente un personaje central de mis comentarios públicos. Claro que no es amenaza, sólo advertencia, porque no se vale que sólo de mi lado haya voluntad política para construir y del otro no.
Desde luego que yo se que estos comentarios le dan a Acosta Naranjo la misma preocupación que tendría si critico a Barack Obama. Sé que Acosta no tiene espíritu de mosca para morir a periodicazos, sin embargo, itero, se trata ahora de construir, no de destruir y por lo menos este escribano tiene cuatro lectores que lo apoyan en sus dichos hacia Acosta Naranjo que se sumarían a todos aquellos que no comparten las posturas del controvertido político.
En sus últimos exabruptos periodísticos a mi persona, el enano empresario periodístico al servicio de Acosta Naranjo me dice que me siento iluminado. Desde luego que no es el caso, sólo le he dicho que yo no tengo la culpa de que él sólo tenga terminada la preparatoria y en contrapartida este escribano sea doctorante en economía. No hay punto de comparación. Luego también me critica señalándome que estoy frustrado porque en la UAN no fui lo que pude haber sido. Seguramente esa frustración me ha obligado a tratar de suicidarme con unas filosísimas galletas marías. Pero es bueno aclararle al enano mental que en la UAN fui lo que quise ser, académico de tiempo completo y luchador incansable contra la corrupción, cosa que aún realizo y que ha sido pública esa postura. Sin embargo, el cerebro del perro pulguiento Naranjista, es tan chico que su visión es muy corta, muy miope, muy estrecha, no le alcanza para más. Pero como dicen los científicos Nayaritas metidos a políticos, los guayabos dan guayabas.
Luego también me dice que no tengo escrúpulos ni dignidad. Es increíble que un zopenco que ha sido bandido y ladrón de altos decibeles me acuse sin pruebas. Pero eso no me sorprende, sé perfectamente que tiene muy aprendido el manual perredista de agresiones. En dos renglones me dijo que me siento iluminado, que estoy frustrado, que no tengo escrúpulos mucho menos dignidad, sin tener ninguna prueba, ¡pura lengua!. Lo bueno es que todo mundo lo conoce por mitómano.
Aparte de las pruebas públicas que le dí en el sentido de su corta estatura moral, intelectual, política y profesional, les voy a dar otra. Dice así en su último párrafo: Cualquier parecido con la postura del señor Roberto González es mera coincidencia, a él, le tenemos reservado otro espacio”. ¿Lo ven? Hasta mi estilo de escribir me trata de copiar, por esa razón y muchas parecidas, le puse de apodo, mi envidioso engendro.
¿Qué opinión les merece un sujeto que critica a los rateros y es rata? Jamás pudo decir cómo se hizo empresario periodístico y empresario de antro, jamás dijo de donde “se hizo de mulas” si nunca trabajó mas que cuando le dí trabajo y lo rescaté de la vagancia. ¿Y del que presume de inteligencia y es mediocre? Sólo preparatoria tiene, ya no pudo aprobar ninguna otra carrera profesional ¿Del que habla de honestidad y es corrupto? Me robó dos mil pesos, le robó a otro amigo su guitarra, a otro su chamarra y hasta rasuraba salarios de trabajadores que puse bajo su dependencia ¿Del que critica a los mentirosos y es mitómano? Tan sólo vean el rosario de acusaciones sin pruebas que me hace. ¿Del que critica a los sinvergüenzas y es cínico? Cambia de amo como cambiar de calzones, desconoce el sentido de la lealtad y del respeto ¿Del presuntuoso que habla del valor de la humildad? Presume ser rico por tener dinero, es tan pobre que lo único que tiene es dinero aunque deba tres meses de renta de uno de sus negocios ¿Del hablador que dice ser prudente? Él me dijo de las mansiones de Naranjo, hasta de las “pedas” que se ponía con las cajas de whiskey y champagne que por montones tiene Acosta en su mansión que dividió al lado del senador Carlos Navarrete. ¿De un perredista que cobra con Ney y con Roberto Sandoval bajo el pretexto de 200 periódicos que produce? ¿o 300?. En fin.
Por último quiero dirigirme a Acosta Naranjo para decirle que amarre a su perro. Este escribano quiere actuar responsablemente hacia la sociedad aportando un poco, desde esta columneja, a la consolidación de un proyecto que representa la esperanza hacia el pueblo como es la construcción de la alianza partidaria y ciudadana y recuperar el gobierno arrebatándoselo, a través de las urnas, al PRI. Pero para eso se necesita que amarre a su perro. Y conste que estoy respetando el compromiso público que asumí de no escribir más acerca de Acosta Naranjo como personaje central de mis comentarios, pero si su perro pulguiento, que no es otro que mi envidioso engendro, sigue ladrando, no voy a tener otra opción más que romper mi compromiso público y retomar la critica hacia el aspirante a gobernador de parte del PRD. No voy a permitir que un enano mental me trate de desprestigiar. robertogbernal@gmail.com
PD. Aprecio mucho a Luis Enrique Miramontes, socialmente conocido como “El Pecas”, por eso, itero, que no es el personaje al que me refiero, aunque se parezca mucho. www.cainay.blogspot.com
